
A principios de los años 60, el gobierno de Moscú tiene la brillante idea de tomar parte de las aguas de los ríos Amu Daria y Syr Daria, que alimentan al Mar de Aral, y llevarlas, tras la construcción de un canal de 500 kilómetros, hasta una gran cuenca donde se encuentran los campos de algodón, con la intención de que dicha producción aumente hasta el punto de que la Unión Soviética sea autosuficiente, y no tenga que importar algodón a terceros. Su estrategia es todo un éxito, y en apenas un par de décadas, la producción de algodón se multiplica y de igual modo, se duplica la población de la zona.
Así, con el tercio de agua sustraída para abastecer el regadío de los campos de algodón, el Mar de Aral comienza su rápida y acelerada agonía, que entrará en un bucle sin vuelta atrás. Año tras año, al ser el nivel del agua más bajo, el nivel de refracción solar es menor y más agua se evapora y, así, hasta desaparecer prácticamente por completo.
Fuente: http://tejiendoelmundo.wordpress.com/
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