
«Cuando pones el material en cualquier lugar fuera de un edificio, un minuto de exposión a la luz puede crear 360 horas de luz cercana al infrarrojo», explica Zhengwei Pan, responsable de la investigación. El material, unos discos cerámicos, contiene iones de cromo trivalentes, que emiten luz en el campo cercano al infrarrojo, pero su emisión luminosa solo dura unos pocos milisegundos. Lo novedoso del material de Pan es que combina zinc y germanato, un complejo compuesto óxido, lo que crea un «laberinto de trampas» que almacena la energía durante mucho más tiempo y que permite que se libere, es decir, que emita luz, durante más de dos semanas.
Los científicos probaron el material en distintas condiciones y comprobaron que podía ser «cargado» incluso si el día era nublado o estaba lluvioso. La sustancia fosforescente no necesita ser expuesta directamente a la luz, sino que se puede cargar en medio de sombras, debajo del agua o incluso en una solución corrosiva de cloro.
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