Falta normativa que regule en España el desarrollo de la medicina estética. Como explica Juan López-Pitalúa, médico estético y uno de los organizadores del IX Congreso Europeo de Medicina Estética celebrado en Madrid durante este fin de semana, "Castilla-La Mancha es la única comunidad autónoma donde existe una orden para regular el desarrollo de la medicina estética". No sólo detalla los requisitos que los centros tienen que cumplir para abrir sus puertas, también regula los tratamientos y qué condiciones mínimas debe tener el personal que las realiza".
La comunidad Aragonesa posee una orden, pero sólo regula los centros de medicina estética. El resto de las autonomías, apunta el experto, se rigen por un documento de consulta, "una especie de guía" que, "no tiene el rango de orden". Lo razonable sería tener, más que una normativa autonómica una "de ámbito nacional que lo regulara todo. Sería la única manera de ofrecer garantías al usuario y de evitar diferencias entre las comunidades autónomas".
Según López-Pitalúa, hay regiones donde basta con ser licenciado en Medicina para ejercer esta especialidad. Sin embargo, en Castilla-La Mancha las exigencias son mayores. "El médico debe haber superado los criterios de baremación del colegio de médicos correspondiente para obtener un visado de capacitación en el ámbito de la estética, se valora haber realizado un máster universitario sobre esta especialidad (actualmente hay siete universidades en España que lo ofrecen) y también la experiencia".
Otro problema que deriva de la falta de regulación nacional es que hay "colegios de médicos (Palma de Mallorca) donde ni siquiera se reconoce la figura del médico estético".
Las diferencias entre comunidades autónomas no se limitan al profesional de medicina estética, también al desarrollo de tratamientos. Por ejemplo, en Catilla-La Mancha se exige que en los centros donde se utilice un aparato láser, "haya un médico específico que lo realice o supervise", señala el médico estético. Aunque existe un Libro Blanco (de la Sociedad Española de Medicina Estética -SEME-) que recoge todos y cada uno de los procedimientos que se pueden hacer en un centro de medicina estética, no en todas las ciudades se pueden realizar. De ahí que "el plasma rico en plaquetas (una técnica de rejuvenecimiento) está autorizado en Madrid, pero no en Andalucía".
"La medicina estética no tiene regulación y la poca que hay es contradictoria", avala Rosa Rodríguez, abogada especialista en Derecho Sanitario. Para empezar, "no se considera especialidad" y además no se concreta qué profesionales pueden o no realizar según qué tratamientos de estética. Respecto a la toxina botulínica, "existe una circular para aclarar que sólo debe manejarla un médico. Sin embargo, como la agencia del medicamento no considera el láser producto sanitario, no hay indicación sobre quién debe usarlo".
Los implantes de relleno sí son productos sanitarios, pero lo único que se dice es que "deben ser usados por un profesional cualificado, no manifiesta que deba ser médico y esto es lo que puede dar lugar al instrusismo extraprofesional". En definitiva, resumen la abogada, "la poca normativa que hay es ambigüa".
En realidad, concluye López-Pitalúa, "la medicina estética tiene entidad suficiente como para ser una especialidad independiente. Tendría que haber una legislación nacional que regulara este aspecto y todos los relacionados con la práctica de esta profesión. Así se garantizaría la seguridad del consumidor y la homogeneidad en España".
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